Sin Portezuelo y sin plata: dos golpes a Mendoza

Terminó una semana nefasta para la provincia: por un lado, La Pampa y el Gobierno nacional frenaron la licitación de Portezuelo del Viento, y por otro, el Gobernador se vino con una “asistencia” financiera en forma de préstamo que no cubre ni la mitad de lo que se pedía y que resultó ser mucho menos que lo dado a otras provincias.

Terminó una semana nefasta para Mendoza, que en un mismo “round” recibió dos golpes que la dejaron contra las cuerdas: por un lado La Pampa y el actual Gobierno nacional lograron meter en el barro de la mala política a Portezuelo del Viento, y por otro el Gobernador se vino con una “asistencia” financiera en forma de préstamo que no cubre ni la mitad de lo que se pedía y que resultó ser mucho menos que lo dado a otras provincias.


En el caso Portezuelo la historia resultó ser como se olfateaba y la provincia fue el pato de una boda cuyo compromiso se comenzó a gestar en diciembre del año 2019 cuando en el país cambió el poder político y La Pampa se movió rápido para deshacer todo lo que se hizo en los últimos años. La vecina provincia que no sabe mucho de hacer obras hídricas para mejorar la disponibilidad de agua y la vida de sus habitantes del oeste, pero sí sabe de culpar a Mendoza y de ese modo poner sobre el escenario a un enemigo imaginario, logra por ahora trabar la obra hasta que ocurran una serie de pasos que no serán breves ni pintan gratos para la provincia: un laudo presidencial que parece voto cantado y luego otro estudio ambiental que como mínimo puede durar dos años.


Que no se haga la obra o llevarse plata de las regalías, no se sabe bien exactamente qué es lo que quiere La Pampa, pero su gobierno seguro ya tiene su “gran logro de gestión” para exhibir durante los próximos tres años. Disfrazado con ropaje rimbombante traducido en frases como “la defensa de nuestros ríos”, “robo”, etc, en La Pampa deberían preguntarse por qué no se aceptó el agua de 80 perforaciones en la cuenca del Atuel que en su momento ofreció Mendoza o en qué se gastó la plata de las regalías de los Nihuiles o de la Promoción Industrial que ya cobró esa provincia, al contrario de Mendoza, que ahora deberá esperar también que el actual Gobierno nacional de Alberto Fernández siga cumpliendo con el depósito de ese dinero que no tiene relación con Portezuelo sino que es un acuerdo del año 2007 cuando Néstor Kirchner era presidente y Alberto jefe de Gabinete.


Sí hay algo para envidiarle a los pampeanos: la firme y unánime defensa de un tema que han sostenido durante años, no como en Mendoza donde la tibieza predominó casi todo el tiempo entre autoridades políticas, entidades intermedias y hasta en la gente, pese a los respetables caravanazos de las últimas dos semanas, que en San Rafael se hicieron solo gracias a grupos de voluntarios privados.


Hay que prestar atención y reaccionar. La tibieza mendocina ha sido aprovechada por otros e incluso ahora algunos en La Pampa agitan otro insólito supuesto robo de Mendoza de 200 mil hectáreas (petroleras) al sur de Malargüe. No vaya a ser que terminen quedándose con territorio mendocino ante nuestra pasividad.
El otro “piñón” en el mismo día viernes fue el financiero. El Gobierno nacional finalmente asistió a la provincia con $1.900 millones de los 5.200 que había pedido. Lo llamativo es la absoluta discrecionalidad del reparto de ayuda nacional, ya que Tucumán recibió $6.000 millones, Chubut $5.000 millones, Neuquén $5.000 millones, Córdoba $4.800 millones, Santa Fe $4.600 millones, Entre Ríos $3.500 millones, Chaco $2.500 millones y Santa Cruz $3.000 millones. Sólo Misiones ($1.200 millones) recibió menos que Mendoza.


El decreto marca que los fondos de este programa nacional se distribuyen en un 40 por ciento en base al índice de población con Necesidades Básicas Insatisfechas y de cuentapropistas (Indec) y de las personas contagiadas por Covid-19 cada 100 mil habitantes que publica el Ministerio de Salud, mientras que el otro 60% es establecido por el Ministerio “para financiar los requerimientos de aquellas provincias que presenten necesidades financieras sin fuentes de financiamiento alternativas”. Es decir, el último parámetro lo tiene el Gobierno y así quedó claro en el reparto.

0 comentarios