Resumen 17ª conferencia nacional sobre políticas de Drogas

Fuertes cuestionamientos a la Ley de Estupefacientes 23.737; propuestas antiprohibicionistas y reivindicaciones sobre la soberanía de los propios cuerpos, fueron algunas de las cuestiones centrales que encendieron los debates de la 17° Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas.

“A 30 años de vigencia de la Ley de Estupefacientes 23.737, su reforma constituye una deuda insostenible de la democracia”

Fuertes cuestionamientos a la Ley de Estupefacientes 23.737; propuestas antiprohibicionistas y reivindicaciones sobre la soberanía de los propios cuerpos, fueron algunas de las cuestiones centrales que encendieron los debates de la 17° Conferencia Nacional sobre Políticas de Drogas organizada por Intercambios AC el pasado 2 de julio en el Salón Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación.

La primera exposición correspondió a la Dip. Nac. Silvina Frana, presidenta de la Comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico. Para la legisladora, “desde la política tenemos que tener una mirada amplia y acompañar el trabajo concreto que hace frente a un tema creciente y doliente, con una realidad que nos interpela y angustia”. “Desde la Comisión tratamos de poner el tema a la luz, dar el debate, y elaborar respuestas concretas diferenciales para cada territorio y cada realidad. El Estado debe tomar estas miradas que ponen en el centro al ser humano”.

En representación del Sec. Roberto Moro, la Directora de Relaciones Internacionales de SEDRONAR Carola Lew, expresó que “SEDRONAR acompaña este espacio y destacamos la continuidad de estas conferencias que, con 17 años de continuidad, permiten discutir la implementación de políticas públicas y la posibilidad de reflexionar y pensar”.

Además la funcionaria destacó que la actual gestión de SEDRONAR busca “la producción de información estratégica para generar políticas públicas con evidencia científica y respetuosa de los derechos humanos”.

La presidenta de Intercambios AC, Graciela Touzé manifestó que “a 30 años de vigencia de la Ley de Estupefacientes 23.737, su reforma constituye una deuda insostenible de la democracia” y afirmó que “esta conferencia es una vez más el escenario en el que reiteramos la necesidad de despenalizar la tenencia de estupefacientes y el cultivo para consumo personal, de implementar políticas orientadas a reducir la violencia, de revisar la proporcionalidad en las penas por delitos vinculados con drogas, de incorporar una perspectiva de género que considere que las mujeres -especialmente las más pobres y jefas de hogar- son las más vulnerables y afectadas por la persecución penal en este campo, y también la necesidad de cuestionar el uso de este tema para estigmatizar y excluir a adolescentes y jóvenes de los sectores populares”.

Dos generaciones de productores de salud

Finalizando el panel de apertura, llegó un momento emotivo y reconfortante. En conmemoración de los 20 años del programa de reducción de años “Locos de Avellaneda”, se les otorgó un reconocimiento especial a los operadores comunitarios Juan José González y Diego Santillán. Además, Emir y Matías, acompañados por Lucas en guitarra, todos jóvenes del dispositivo NTSZ (No Te Sientas Zarpado) de González Catán, improvisaron con rap el legado que ellos toman de aquellos operadores, y se expresaron sobre cuestiones que afectan a lxs pibxs en los barrios, como la estigmatización y la persecución policial.

«Queremos la legalización de la marihuana, aborto legal y ESI en las escuelas»

Panel: Juventudes diversas: acerca de los modos de habitar los escenarios actuales

Lxs jóvenes están siendo ahora, transformando el mundo en que vivimos. Son movimiento: a veces invisible, a veces pasa inadvertido o es intencionalmente invisibilizado. Expresan un modo diverso de habitar este mundo ¿Qué nos cuentan estas voces? ¿De quién hablan? ¿En qué escenarios? ¿Cómo lo hacen? ¿Qué conflictos encuentran para ser escuchadas? ¿Qué desafíos tienen? Con estas preguntas como disparador si inició el 2° panel de #17ConfeNacDrogas.

Abrió la discusión Juan Carlos Escobar, coordinador del Programa Nacional de Salud Integral en la Adolescencia del Ministerio de Salud y Desarrollo Social de la Nación quien expuso algunos números estadísticos que dan cuenta de las duras realidades de los adolescentes de nuestro país.

“Existen barreras concretas para acceder al sistema de salud. Respecto a la salud adolescente pusimos el foco en las menores de 15 años. En la mortalidad adolescente, el 60% muere por suicidio, homicidio y accidentes. Por otro lado, 2500 chicas al año de entre 10 y 14 años dan a luz, un 80% son no planificados. Existe inequidad en el acceso a la interrupción legal del embarazo”, declaró.

Por otro lado, el funcionario señaló que “las miradas estigmatizantes de los consumos no son iguales en mujeres que en varones. No es lo mismo ver desde un lugar adultocéntrico, no es lo mismo entender a un objeto de derecho que a uno de sujeto de derecho. El desafío es desde donde hablar del placer y el cuidado”.

Luego explicó que para pensar en la voz de lxs chichxs la construcción de las masculinidades, realizaron la investigación “ La socialización en la secundaria forma un modo de estar” con adolescentes de 13 y de 16 años escolarizados sobre temas de género, violencia y relación con el sistema de salud. “Existe una naturalización de los privilegios”, explicó. “Hay una masculinidad hegemónica, arquetípica, del macho protector, proveedor. Los chicos dicen cosas como: “hombre es el que trabaja”, “somos como monos” “si le decís te quiero a un amigo es de gay”. Nos sentimos descolocados ante la posibilidad de ver a las mujeres como un par. También se naturaliza la violencia: el golpe es una caricia a toda velocidad, dicen”. «El protagonismo lo tienen las mujeres y esto es un aprendizaje para nosotros (los varones)».

Diega, Integrante de @lesjovenes, refirió que “cuando aparece el neoliberalismo, la política cercena sus espacios y dejo de estar de moda participar en política. Las tomas de colegios dejaron de estar de moda”.

“Del 2015 al 2019 pasaron cosas en la juventud, no solo en lo tecnológico sino en la gente alejada de la política, más preocupada en su individualidad. Tenemos que crear una red distinta. Pensar cómo el feminismo vino a cambiar todo. Les jóvenes es transversal, nos planteamos pensar a la juventud desde otra lógica. No somos una generación que vivió la ausencia de futuro, hay un rol de guardianes de esos derechos, de esas ilusiones. Somos una generación nacida en la esperanza».

“Tenemos una agenda propia”, continuó. “Estamos luchando por la legalización de la marihuana, el aborto legal y Educación Sexual Integral en las escuelas”.

Por su parte, Luciano Cadoni, oficial de Programa Protección de Derechos de la Niñez del Church World Service (CWS) para Latinoamérica y el Caribe, presentó reflexiones desde la investigación “Niñez que cuenta”, de hijos con padres presos por delitos menores relacionados con drogas. “Vemos el estigma en los barrios o en las escuelas; el impacto del encarcelamiento en la vida cotidiana; chicos que deben asumir el rol de proveer. Este informe confirma lo que nos contaron los chicos en estos 5 años sobre cambios de roles en el interior de la familia: se mudan, quedan sin futuro, repiten en la escuela”.

“Cuando esto cae es una bomba, muestran las conclusiones de este informe. Los chicos no pueden ser vulnerados por lo que hizo su papá o su mamá”, concluyó.

La charla continuó con la voz y el saber experto de Pablo Vommaro, Investigador Asistente del CONICET, Doctor en Ciencias Sociales, quien reflexionó sobre las juventudes en colectivo, las formas de participación y cómo se van construyendo los modos de estar con otrxs y estar juntos. “El espacio adquirió otro social, territorio no es lo mismo que espacio, la idea de un espacio producido en lo social lleva a asumir las diversidades como algo generacional, no pensar desde la homogenización. Se busca borrar la diferencia, pensar las desigualdades que hoy despliegan su vida, la experiencia de desigualdad, nos planteamos cómo pensarlas en clave multidimensional”.

“Así como hablamos de un mundo patriarcal tenemos que hablar de un mundo adultocéntrico que está cometiendo un juventicidio. Estamos matando a las juventudes por goteo. 8 de cada 10 jóvenes manifiesta haber conseguido su primer trabajo por contactos personales, pero el mundo adultocéntrico sigue diciendo «formate para conseguir trabajo». Un joven con contactos precarios conseguirá trabajo precario, entonces el trabajo no realiza tanto…. Es para consumir. La juventud politiza a la generación anterior”.

Ofició de discutidora Paula Goltzman de Intercambios AC, quien resaltó “puntos transversales para ser pensados, modos de estar con otrxs, sostén con los pares, construcción de lo colectivo, ser sostén y sostenerse. Hacerse cargo de la propia impronta. Pensar desde la intervención social. Hay una tendencia de abordaje individual y no ver esa red de sostén, de pares y de cuidado”.

Por otro lado, destacó el “necesario pasaje de lo preventivo a la gestión del placer y el cuidado”. “Soltemos la perspectiva preventivista”, propuso, y pidió “poner en agenda no desde el riesgo y si desde la vulnerabilidad, la responsabilidad de los adultos y de las instituciones”.

Moderó el panel Victoria Sverdlick de Intercambios AC

Panel: Ley 23.737: 30 años de un fracaso

“El colectivo de usuarios de drogas consume con el temor de ser detenido”

Este año la Ley de Estupefacientes 23.737 cumple 30 años y los resultados de su aplicación son desalentadores. En los últimos años, y en particular después del fallo Arriola de la Suprema Corte de Justicia, se han multiplicado las voces que reclaman su derogación. ¿Qué dicen los especialistas de diferentes áreas? Esas miradas convergieron en este panel que abrió el abogado especializado en Derecho Penal Albino José Stefanolo.

“Cuando se dejó atrás la Ley anterior de Lopez Rega, en ese momento, era una esperanza la nueva Ley. Pero las normas per se no significan que sean buenas. Estas leyes han olvidado a la sociedad y al que deben proteger que es el ciudadano”, declaró Stefanolo.

“Con la reforma aparecen las figuras de tenencia simple y tenencia con fines para consumo. Se reconoce el consumo. Estableció el tratamiento obligatorio para no penalizar a quien era hallado en circunstancias de consumo. Pero consagraba principios que no tenían lógica”.

También se refirió al establecimiento de dosis mínimas. “No se puede hablar de cantidad cuando se consume, la respuesta es individual. Un fiscal de la ciudad, estableció el límite de 3 gr., de modo que se vuelva a discusiones que estaban dirimidas, de eso los fiscales determinan sus decisiones. Eso es el ordenador de cómo va a funcionar”. “La organización de las personas luchando por un objetivo puede lograr que una ley se modifique”, alentó.

A continuación, Santiago Cunial, Lic. en Ciencias Políticas (UBA), Magíster en Ciencia Política de la Universidad Torcuato Di Tella y estudiante de doctorado de la Universidad de Pensilvania se preguntó cuáles son los factores que obturan una reforma de la Ley 23.737. ”En 2009 y 2013 la despenalización cobra mayor relevancia. Se presentaron distintos proyectos pero se bloqueo la propuesta y no se debatió. ¿Por qué?”

“La continuidad de la ley centraliza acciones en seguridad y delega en la instituciones religiosas las responsabilidades de tratamiento. La ley focaliza en narcotráfico y habilita un contexto en el que elaborar políticas integrales se vuelve más complejo”.

“En 2009 hubo oportunidad para debatir con el fallo Arriola. Distintos partidos propusieron proyectos de ley, pero se estancó el debate, por ausencia de un consenso en la sociedad para avanzar en un cambio de este estilo. ¿Qué significa un consenso social? Las políticas públicas no son resultado de un gobierno solamente, sino que se dan por interlocución con otros actores, por ejemplo la Iglesia”.

“El interés de la iglesia católica no es nuevo en la construcción del problema droga, quedando alineada a temas como prostitución, aborto. La iglesia se valió de comunicados oficiales y en la actuación de curas villeros para justificar acciones del episcopado en general. Se valió de su pretendida expertise en la problemática de drogas para desestimar propuestas del gobierno. Asumían que representantes políticos no conocían lo que sucedía en los barrios”. En el año 2013 asume Bergoglio como papa, lo cual implicó mayores costos en términos de avances políticos. En paralelo al bloqueo de iniciativas legislativas, la iglesia católica tomo un rol activo en asistencia de temas de drogas”.

“Existen motivaciones que exceden las cuestiones ideológicas. Con la Ley 23.737 se generó una demanda sostenida de este tipo de organizaciones. Se fueron creando intereses que son económicos, no ideológicos”. “Frente a la inacción del Estado en determinadas áreas, estas instituciones son las que tienen iniciativas para subsanarlas”.

Franco Picardi, Fiscal Federal ante los Juzgados Federales en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal comenzó su exposición trayendo el caso del sobreseimiento de cinco mujeres trans procesadas por comercialización de estupefacientes. “Se logró probar el extremo estado de vulnerabilidad en el que se encontraban estas personas, haciendo un análisis de la vulnerabilidad estructural y luego de cada una de estas mujeres sometidas al proceso. Nos encontramos con la utilización de estas mujeres por parte de una organización que se valía de su vulnerabilidad”, afirmó.

“No se puede penalizar el consumo. Pero es necesario ir un paso más allá y pensar la no punición de los que se encuentran en los eslabones más débiles de las cadenas de narcotráfico, que son personas en contextos del vulnerabilidad”.

“Uno de los puntos importantes fue demostrar que se encontraba afectada su autodeterminación, para demostrar estado de necesidad exculpante, disculpante. Para ello es fundamental la autodeterminación desde el punto de vista de la teoría del delito, por la marginalidad y vulnerabilidad en la que se encontraban”. “Vemos cómo la ley castiga a la minoría sexual, pobres, sin educación, sin salud, en un paradigma de la criminalización primaria”, observó.

“En 2016 el mandato del experto independiente que visitó Argentina, elaboró un informe que constató numerosas violaciones a derechos humanos. La implementación negativa de determinadas leyes como la 23.737 se utilizan para llevar a cabo campañas de persecución a personas transgénero. El 90% de las personas trans son detenidas por motivos vinculados a esta ley”, puntualizó.

Luego Antonella Tiravassi, investigadora sobre seguridad y justicia en el CELIV/UNTREF, expuso datos de diferentes investigaciones para dar cuenta del fracaso de estos 30 años de la ley. “La política de drogas es una guerra contra las mujeres, que históricamente fueron las grandes invisibilizadas del sistema penal. Las cárceles fueron pensadas por y para hombres”, señaló.

“En los últimos años, la tasa de encarcelamiento de mujeres aumento 240 % (CELS)”. Un informe de WOLA muestra que aumentó la prisión preventiva en las mujeres en relación incluso con los varones en América Latina. El delito de drogas es la primera causa para las mujeres, que tienen trayectorias de infancia y de vida vulnerables. La cuestión económica pareciera ser diferente a los varones”.

Cerró las exposiciones de este panel Carlos Passarelli, Director de ONUSIDA para Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay, quien propuso “buscar la integralidad de los abordajes. Las personas que más sufren por las políticas de drogas son las más vulnerables desde el punto de vista social. El principio de proporcionalidad de las condenas, y prohibir detenciones arbitrarias y torturas son modificaciones urgentes. El tema de las drogas no es solo una cuestión de salud, sino de pobreza, de hambre., de desarrollo económico. Está vinculado a todo el espectro de la vida humana”, enfatizó.

El discutidor fue Ignacio Canabal, director del Dispositivo Integral de Abordaje Territorial (DIAT), barrio Triángulo, Rosario, que comenzó preguntándose: “¿En qué momento estamos ahora?”, “Se reconoce el fracaso de esta ley, se reconoce el uso médico de la planta de cannabis, pero de todas formas se necesita hacer un análisis con datos duros: en los últimos 10 años se duplicaron las detenciones de tenencia para consumo”.

“El gran negocio de la guerra contra las drogas sigue avanzando. También la patologización de los usuarios de drogas, es un logro que haya ley de cannabis medicinal para quien tiene una patología, pero no para todos los demás”.

“El colectivo de usuarios de drogas consume con el temor de ser detenido. Después de 30 años necesitamos pensar otro marco regulatorio sobre las sustancias ilegales, tienen que haber una masa crítica para pensar respuestas diferentes, y crear otros marcos regulatorios”.

Moderó el panel Alejandro Corda, abogado e investigador de Intercambios Asociación Civil.

«Toda presa es política, pero si vendiste falopa en la calle, ahí no… Hay un feminismo que no tiene conciencia de clase y nos infantiliza»

Panel: Perspectivas antiprohibicionistas. Los cuerpos como territorios de disputa: del control a la autonomía

¿Cómo recuperar la soberanía sobre los cuerpos? ¿Qué expresiones o formas organizativas recuperan el derecho a la autonomía y al placer? ¿En qué sentidos configuran perspectivas antiprohibicionistas? ¿Qué reivindicaciones tienen en clave de políticas públicas? ¿Qué puentes tender entre los movimientos no prohibicionistas en el campo de las drogas, del trabajo sexual y de otros controles sobre los cuerpos disidentes?, fueron algunas de las preguntas disparadoras del último panel de #17ConfeNacDrogas con el puntapié inicial de Florencia Corbelle, Doctora en Antropología (UBA). “El campo de lucha por los derechos de lxs usuarixs de sustancias ilegales está compuesto por una multiplicidad de organizaciones sociales. La penalización de la tenencia de drogas ha impreso en el activismo un carácter específico”, argumentó.

“Lxs activistas han sido blanco permanente de persecución policial. Hasta hace muy poco tiempo la mayoría de los espacios de socialización eran espacios virtuales, de ocultamiento. Experimentan este paradigma prohibicionista y las prácticas de poder judicial, por ejemplo. Eso les dio el derecho a ser reconocidxs como interlocutores validxs. El concepto de usuario responsable es central: permite posicionarse de otra manera incluso con miembros no consumidores”.

“El crecimiento de un colectivo logró que se multiplicaran sus acciones, instalar estos temas en agenda parlamentaria, e implico un paulatino corrimiento del lenguaje de los derechos individuales a uno de los derechos humanos”, explicó.

“Dar cuenta de la lucha de estos activistas supone atender a formas particulares de experimentar, resistir y denunciar el poder de policía y el funcionamiento de la justicia penal, a través de un largo camino que se inicia en la clandestinidad y pretende conquistar, a su paso, el derecho a circular libremente, acceder al sistema de salud, elegir un estilo de vida y hacer libre uso del propio cuerpo, pero también a ser reconocidos como interlocutores válidos, sujetos políticos plenos con el derecho a organizarse, manifestarse, protestar y demandar por lo que entienden son sus derechos”.

Respecto a los debates sobre despenalización que tuvieron lugar en el Congreso, Corbelle señaló que “el concepto de placer no figuro en ninguno de los debates. Placer como parte importante de la elección de un consumo no se incluye, y tampoco en relación al cannabis medicinal. Si no aparece, el concepto lleva a las bases morales y medico-sanitarias sobre las que se elaboró el paradigma medico prohibicionista: sustancias malas que intoxican y buenas que curan. Son falsas dicotomías que determinan también los argumentos de los debates. Las bases sobre las que se asienta el prohibicionismo permanecen intactas”, concluyó.

A continuación, Daniela Montenegro, Lic. en Psicología, integrante de Reset – Políticas de Drogas y DDHH, destacó “la regulación del mercado ilegal de drogas como la única alternativa real al prohibicionismo”. Luego se preguntó cuáles son las «consecuencias» de las políticas de drogas vigentes en el país, lo cual fue respondido con una serie de datos estadísticos. ”El 85% de la atención sanitaria ambulatoria y residencial está dirigida a varones, jóvenes, en su mayoría de sectores de clase baja. El 88% de las mujeres alojadas en el servicio penitenciario federal están detenidas por delitos de drogas. Si consideramos las mujeres extranjeras, asciende al 91%. Se continúan reclamando más dispositivos, cuando los que están deberían perfeccionarse, adecuarse y repensarse”, argumentó y planteó el interrogante de “en qué términos en clave de género podemos pensar esta demanda hacia el Estado”.

Luego fue el turno de la periodista Florencia Alcaraz, miembro del colectivo Ni Una Menos en Argentina. Para ella, “desde el periodismo feminista no se pueden pensar formas de visibilizar el problema, ni estrategias más continuadas para sostener la conversación”. Luego hizo referencia a la historia de una joven fallecida que se desconoce la identidad y se transformó en una deidad, a la cual muchas personas van a rendirle culto y es llamada almita desconocida. “Las mujeres en estas situaciones son como almitas desconocidas. Estamos limitadas al momento de contar sus historias, no logramos ponerle cara, trayectoria vital, deseos, autonomía. Debemos sacar del closet este tema, para que dejen de ser almitas desconocidas”.

Por otro lado, señaló que “las personas trans en Ciudad de Buenos Aires están más representadas en la cárcel que fuera de ella” y propuso “pensar un pacto feminista con perspectiva de derechos humanos” y “desarrollar estrategias transnacionales, dada la cantidad de historias atravesadas por la condición migrante”.

La última expositora fue Georgina Orellano, Secretaria General de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina en acción por nuestros derechos (AMMAR), quién se refirió a las usuarias de drogas en el colectivo de trabajadoras sexuales y también al trabajo sexual, “trabajo que decidí ejercer” aclaró.

“No concuerdo con el discurso victimizante, que cree que nos tienen que dar reinserción en el sistema”. “Hablar de autonomía, de trabajo sexual y de drogas, son temas que en la sociedad generan un closet. El capitalismo hizo creer que cuando se habla de seguridad se piensa en policía y políticas de criminalización. Terminamos condenadxs y ejercemos nuestra soberanía en lugares ocultos en los que se reprime la soberanía y la autonomía. Si te vas a drogar por medicina está bien, pero si lo vas a hacer por placer está mal visto, del mismo modo que la que decide ejercer el trabajo sexual tiene una mala vida”.

Para la representante de AMMAR, algunos sectores del movimiento feminista caen en prejuicios y desconocimiento. “Hay tibieza para hablar de drogas o de trabajo sexual. El termómetro del feminismo llega hasta cierto punto, pero no toma conciencia de clase. Reinterpreta la vida de esas mujeres como víctimas. Las salvadoras van a pensar por nosotras. Por otro lado, las políticas institucionalizadas nos infantilizan. No es tiempo de tibiezas, si nos incomoda hablar de putas y drogas es porque nos interpela, y entonces, qué mejor que juntarse y hablar de ellas”.

Ofició de discutidora María Pía Pawlowicz, coordinadora del área de Investigación de Intercambios AC quien apuntó algunas cuestiones que se fueron reiterando en las exposiciones: “Los problemas que las expositoras mencionan giran alrededor de las mismas preocupaciones: criminalización de la vida social, «consumo en el closet», negación, miedo, ocultamiento y prejuicios hacia lxs usuarixs de drogas, las mujeres, las trabajadoras sexuales. Discursos culpabilizantes y moralizantes, discursos que hablan por otrxs, discursos desde el desconocimiento. Tenemos que problematizar aquellas situaciones que vulneran los derechos humanos denunciando los mecanismos de control social.»

¿Con quienes construir poder? Se preguntó Pawlowicz. “Diferentes actores y actrices sociales como activistas, usuarixs, periodistas, feministas, investigadores y tantos otrxs. Para poner nombre, cara, cuerpo, y singularizar las situaciones. Es importante lo que Georgina enfatizó acerca de la cuestión de la clase social. Si el feminismo no está atravesado por la clase social, pierde potencia».

¿Y hacia dónde? «Se planteó que es importante que los feminismos incluyan en su agenda las reivindicaciones de lxs usuarixs de sustancias. Todas las expositoras coincidieron en la urgencia de plantearse el desafío y el trabajo de construir alianzas, un pacto feminista. No son tiempos de tibiezas. Y para esa construcción tenemos que dejar los lugares cómodos, para construir con otrxs y hacerlo ahora.”

La moderadora fue Jorgelina Di Iorio, coordinadora del área de Intervención y Capacitación de Intercambios AC.

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