Imaginen Moscú en 1960. No muy estimulante, ¿verdad? Anda cerca el recuerdo de Stalin y la Gran Guerra Patriótica. Hay pocos entretenimientos y los rusos aman el ajedrez. Están orgullosos de Botvinnik, una máquina soviética perfecta, el hombre que conducía un automóvil mientras los compatriotas mueren defendiendo la Rodina. Un elegido para la gloria.
Sin embargo, a veces los planes no salen bien del todo. Es lo que pasa cuando permites a la gente divertirse. Botvinnik va jugar contra el mago de Riga, Mijail Tal, por la corona mundial. Tal tiene sólo 24 años, y es un enigma. Muchos maestros critican sus sacrificios, los riesgos que corre. No les gusta que arruine la escuela de ajedrez soviética en esa maraña salvaje, siempre al filo de la derrota. Rápidamente, en cuanto vence, aparecen los analistas, y descubren los errores, las líneas ganadoras. Sin embargo, Tal vence. Su apuesta parece irracional, pero hipnotiza a los contrincantes, los sume en la confusión. Los maestros insisten, hablan de suerte, de casualidad. Sin embargo, en el torneo de candidatos Tal derrota a Smyslov, que llevado por la presión, comete un error increíble en la 18ª jugada. Era inexplicable; en la segunda partida con Smyslov vuelve a ganar a pesar de jugar como un suicida sacrificando una pieza de forma totalmente incorrecta.
Gana a Fischer, gana a Benko. Se procama candidato.
Muchos se consuelan. Auguran una rápida caída. Botvinnik traerá al redil al díscolo. Sí, ya se sabe que se dice de él que no calcula las combinaciones, que las ve. Pero le falta el carácter del auténtico jugador soviético.
La enorme sala está repleta de espectadores. Comienza el match. Y Tal gana la primera partida. Las cuatro partidas siguientes terminan en tablas, pero los espectadores empiezan a estar de acuerdo con los expertos. El campeón domina claramente, y se ve al jugador letón confuso, atrapado por la red de Botvinnik.
Y se jugó la 6ª Partida.
Botvinnik juega con blancas y al comenzar con 1.c4, Tal responde con una variante de la defensa India de Rey.
1.c4 Cf6 2.Cf3 g6 3.G3 Ag7 4.Ag2 0-0 5.d4 d6 6.Cc3 Cbd7 7.0-0 e5 8. E4 c6 9.h3 Db6 10.d5 cxd5 11.cxd5 Cc5 12.Ce1 Ad7 13.Cd3 Cxd3 14.Dxd3 Tfc8!?
(Tal comenta que ya en ese momento está pensando en su jugada 21)
15.Tb1 Ch5 16.Ae3 Db4 17.De2 Tc4! 18.Tfc1 Tac8 19Rh2 f5! 20.exf5 Axf5 21.Ta1
Llegamos al momento culminante. Kasparov dice que esta es una posición «típica de la India de Rey con g2-g3, muy cómoda para las negras, que tienen activas sus piezas (...) Tal pensaba que todas las retiradas eran malas (...) y la palabra retirada no existía en el diccionario ajedrecístico del joven Tal».
En ese momento, Tal opta por una jugada para la que los maestros se han tenido que inventar nuevos signos de análisis. En ajedrez dos admiraciones detrás de la jugada nos dicen de ésta que es muy buena; cuando la acompaña una es buena. Una exclamación seguida de una interrogación sirve para las jugadas prometedoras y viceversa, una interrogación seguida de una exclamación para las dudosas. La interrogación nos dice que la jugada es mala y las dos interrogaciones que es muy mala.
21. Cf4!?! ó 21.Cf4?!!, de las dos maneras he visto escrita esa extraordinaria jugada. Es extraordinaria porque es perdedora, pero introduce el juego en un terreno tal de variantes que Botvinnik fue incapaz de hallar el camino de la victoria.
Al ver la jugada, el público, el disciplinado público moscovita empezó ¡a aplaudir y a hablar en voz alta! Seis jugadas más tarde los árbitros decidieron que la partida continuase en una habitación aparte. Veremos por qué.
22.gxf4 exf4. Las negras tienen una pieza menos por un peón. Y comienza la pesadilla.
23.Ad2?. Botvinnik no ve la continuación ganadora a3! que ocupa páginas de variantes.
23. ... Dxb2!? 24.Tab1 f3!!
En ese momento, los gritos arreciaron. Tal consigue bloquear la columna e, avanzando el peón, lo que le permite llevar el alfil negro a e5 con jaque. A la vez amenaza la torre de b1.
Botvinnik sucumbe. Intenta simplificar, eliminando las damas del tablero.
25. Txb2??
La jugada correcta pasaba por comer el peón de f3, forzando tablas por repetición o incluso ganando mediante dos jugadas que, de haberse producido habrían llevado a Botvinnik a la inmortalidad: 25.Axf3! Axb1 26.Txb1 Dc2 27.Ae4!! Txe4 28. Cxe4!!
Pero no las encontró.
Subir imagen
Añadir imagen